El entorno y su impacto en la salud de las organizaciones

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El entorno y su impacto en la salud de las organizaciones

Respirar aire limpio, ver nítido y claro, escuchar sin ruidos, mantener la temperatura corporal, moverse con soltura, hidratarse adecuadamente, relajarse, expresarse, socializar… todo esto y, además, poder acceder a alimentos vitales libres de contaminación. Disfrutar de un buen estado de salud, bienestar emocional y equilibrio no sólo depende de la genética y la dieta, son numerosos los factores de nuestro entorno físico y social que nos condicionan.

Especialmente cuando pasamos más del 90% de nuestras vidas en interiores. 
Lugares normalmente construidos y diseñados para mantenernos seguros y protegernos del frío, calor, viento, etc. Sin embargo, muchos de los lugares donde pasamos nuestro tiempo también se interponen en nuestra salud.

Sean las partículas del aire que respiramos, o las del agua que bebemos, los destellos de la luz artificial, el ruido, los tóxicos de los que se componen algunos materiales de construcción, el estrés, la depresión, las limitaciones de movilidad o la falta de adaptación de cualquier condición social.  Todos ellos, focos prioritarios de atención de la salud pública, debido al aumento de las enfermedades crónicas atribuidas a estilos de vida sedentarios, ambientes contaminados y comportamientos tóxicos para la salud.

Tanto los lugares de trabajo como los de estudio u ocio, se consideran plataformas eficaces para poner en marcha programas de salud a una gran parte de la población. Y es que los datos de numerosos estudios internacionales* alertan de la necesidad de tomar medidas inmediatas en las organizaciones, que corrijan hábitos y fomenten un uso del entorno en beneficio de la calidad de vida humana.

  • Casi una cuarta parte de la población mundial no cumple con las pautas de actividad física y se considera físicamente inactiva.
  • El comportamiento sedentario se ha relacionado con la obesidad, la diabetes tipo II, los riesgos cardiovasculares y la mortalidad prematura.
  • Las personas que desconfían de la seguridad de su agua pueden tener más posibilidades de tener una menor ingesta de agua y una mayor ingesta de bebidas azucaradas.
  • La falta de acceso a alimentos frescos y naturales se asocia a un consumo excesivo de sal y harinas refinadas.
  • Se ha relacionado la alteración o desincronización del ritmo circadiano del cuerpo (luz natural versus luz artificial) con obesidad, diabetes, depresión y trastornos metabólicos.
  • El impacto térmico influye en gran medida en nuestras experiencias en los lugares donde vivimos y trabajamos, y es uno de los factores que más afectan a los niveles de motivación, estado de alerta, concentración y estado de ánimo.
  • Muchas personas de todo el mundo todavía luchan con una baja alfabetización en salud un acceso limitado a los servicios de salud básicos, que varían según la raza, el origen étnico, el nivel socioeconómico, la edad, el sexo, el estado de discapacidad y la ubicación residencial.
  • La producción mundial de productos químicos creció un 54% entre 2000 y 2010.
  • Aproximadamente dos terceras partes de las personas que experimentan afecciones de salud mental comunes tienen empleo.
  • Se estima que el 18 % de los adultos experimentarán una afección de salud mental común, como ansiedad, depresión o abuso de sustancias, durante un período de 12 meses, y más del 30 % de los adultos experimentarán una afección de salud mental durante su vida.
  • El impacto de la salud mental en el lugar de trabajo es profundo, ya que la depresión y la ansiedad por sí solas le cuestan a la economía mundial un estimado de $ 1 billón debido a la pérdida de productividad.

*Fuentes pertenecientes al IWBI. Diversos estudios sociales y médicos internacionales.

Por eso, las estrategias de diseño de cualquier espacio, así como todos los recursos y contenidos de los que se provee un ser humano para vivir, tienen correlación directa con su salud en general. Aumentar el contacto con la naturaleza, así como la iluminación natural, incorporar filtros en los sistemas de ventilación, agua de calidad, talleres de “mindfulness” o ejercicio físico, son algunos ejemplos de las medidas que generan beneficios económicos en los programas de bienestar de los lugares de trabajo, incluida la reducción de los costes de atención médica, la disminución de los costes y días perdidos por incapacidad, reducción del ausentismo y aumento de la productividad.

Desde el International Well Building Institute (IWBI), se promueven a través de la Certificación Well, los espacios saludables y sostenibles, a través de un sistema de valoración corporativa que recoge todos los conceptos mencionados, ayudando con ello a mejorar la calidad de vida de las organizaciones.

Un valor más que, desde ahora, podemos ofrecer desde Benefit Brokers a los programas de bienestar corporativo de nuestros clientes, que decidan asesorarse en la materia y abrir un proyecto que les ayude a cumplir con los requerimientos de la Certificación.

Nota de Prensa IWBI

María Kindelán
Benefit Brokers
Bienestar Físico y Emocional
Well Accredited Professional

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