La estrategia para mantener el peso ideal se disfruta como forma de vida
Si juntamos los estómagos resentidos por excesos de comida durante las fiestas con las listas de propósitos del nuevo año, las dietas de adelgazamiento para volver al peso ideal son uno de los temas de conversación más recurrentes de estos días.
Hacer una reducción drástica de nutrientes esenciales en pleno invierno es como cortarle la raíz a un árbol. Cuando éste perdió sus hojas en otoño, era una estrategia inteligente de la naturaleza para rentabilizar toda su energía en el interior, preparándose para el invierno. De la misma forma nuestro organismo aprovecha la falta de luz y el frío para acumular esencia y recargar energía interior. ¿Verdad que ahora apetece más que nunca refugiarte bajo una manta, buscar estados de calma, dormir, o comer los guisos de siempre cocinados a fuego lento?.
Despistarse ahora a nivel energético tiene sus consecuencias en primavera, empezando por los síntomas de astenia y agotamiento. Como si de la batería del móvil se tratara, es ahora cuando debemos “enchufarnos” a unos buenos hábitos nutricionales. No se trata de comer menos cantidad de alimentos, ni de apurar nuestras reservas hasta el punto de no poder casi remontar en un par de meses. Se trata de saber elegir adecuadamente lo que uno necesita. Incluso la retención generada por excesos anteriores, se puede corregir con los alimentos adecuados, ayudando al cuerpo a recuperar su equilibrio a todos los niveles (eso incluye la talla de pantalón ideal), sin pasar hambre, con sentido común, nutriendo, reforzando las defensas, y sobre todo, fabricando “ un depósito” de reservas para nuestro cuerpo limpio y de buena calidad.
Un peso justo y saludable no sólo tiene que ver con el consumo de alimentos y calorías.
Debemos recordar que los factores que contribuyen a equilibrar el metabolismo, y por tanto, el peso de una persona, son diversos, y es por ello que la alimentación debe tener como objetivo además de nutrir, activar los sistemas digestivo, circulatorio y hormonal, a la vez que contribuir a una buena reparación celular en las horas de descanso y mantener un estado de ánimo y vitalidad óptimo.
El sobrepeso viene de una ingesta excesiva de comida, un desarreglo metabólico y energético que produce acumulaciones. Está relacionado con las entradas y las eliminaciones. Hay personas que comen una cantidad notable de comida a lo largo del día y no engordan porque cuentan con un metabolismo activo y eficaz; o el caso contrario, personas que por debilidad de fuego digestivo consumen pocos alimentos, pero sienten retención constante y su metabolismo no les permite eliminar los residuos de los alimentos que ingieren.
Por otro lado, sabemos que mientras una parte de la población mundial muere por hambre, otra sufre intoxicada por lo que come. Casi dos billones de personas en el mundo sufren de sobrepeso, llevándonos a un estado de sobrealimentación, pero de desnutrición, algo que a su vez está directamente relacionado con las enfermedades modernas no transmisibles, asociadas a dietas desequilibradas y hábitos de vida sedentarios.
En la mayoría de los casos de sobrepeso, el problema no es sólo comer demasiado, sino no disponer de energía suficiente para metabolizar lo que se ingiere. Por eso, no se trata sólo de reducir el volumen de comida en general, sino el de algunos alimentos en particular, así como de mejorar el metabolismo.
Para ello, la movilidad física, la gestión del estrés, y las horas de descanso son también cruciales para poder lograr los beneficios de un peso saludable durante nuestra vida.
Cada persona es un caso particular, y es por eso que la estrategia para lograr el peso ideal debe estar totalmente adaptada su condición física, emocional y energética, a su genética, a sus ritmos de vida, y entorno social. Es importante entender que una persona con exceso de energía, retención, inflamación y bajo nivel de movilidad no cambia rápidamente. El exceso se ha generado lentamente, y se irá disipando a la misma velocidad, para lograr un estado de equilibrio que sea sostenible en el tiempo.
Es importante integrar los alimentos que depuran y desinflaman de forma sabrosa, simple y creativa, sin “máscaras”, así nuestro cuerpo (especialmente nuestra microbiota) cambiará biológicamente de forma progresiva y notará los beneficios de una alimentación sana y natural, con el aporte de nutrientes necesario que evite carencias energéticas a largo plazo.
El siguiente paso para lograr un peso equilibrado, es quitar o reducir al máximo alimentos como las harinas refinadas y horneadas (pan, pizza, bollería, galletas, pasteles…), sal cruda, condimentos salados, snacks salados, fritos, exceso de aceites, aditivos químicos, productos procesados, azúcares refinados, bebidas azucaradas, ahumados y grasas saturadas de origen animal. Además de minimizar el uso de alimentos crudos, que ralentizan y “enfrían” las digestiones, especialmente en los meses más fríos.
Las mejores épocas del año para este proceso son sin duda la primavera y el verano, cuando el cuerpo empieza a abrirse energéticamente, como toda la naturaleza. No obstante, siempre que haya un buen asesoramiento profesional que acompañe el proceso, cualquier momento puede ser bueno para iniciar un trabajo de depuración.
Antes de comenzar con la dieta adecuada, indicada siempre por un profesional de la salud, es interesante tener en cuenta algunas pautas que beneficiarán el logro de los objetivos:
- La masticación: comer despacio, masticando bien, soltando el tenedor con cada bocado y sin distracciones tecnológicas, son hábitos que ayudar a digerir mejor la comida, disfrutar de los sabores y recibir señales de saciedad a tiempo.
- El poder de la visualización. Observar los alimentos que en cuestión de minutos estarán en el estómago y visualizar las sensaciones que quiero lograr al terminar de comer.
- Comer a horas fijas.
- Cenar temprano, procurando no ingerir ningún alimento durante las horas que no hay luz (adaptación a los ciclos circadianos).
- Aumentar la proporción de alimentos del reino vegetal frente a los del reino animal.
- Recordar que las acciones extremas provocan reacciones extremas.
Los alimentos de mayor efecto depurativo para integrarlos en el día a día de forma sabrosa y cocciones ligeras:
- hinojo, remolacha, rabanitos, nabos
- toda clase de setas,
- verduras de hojas verde frondosas e intensas (col verde, brécol, puerros, apio, berros, endibias, alcachofas, espárragos…)
- jengibre, ajo, especias, variedad de hierbas aromáticas frescas,
- cereales integrales (cebada, quinoa, arroz basmati integral)
- variedad de hierbas aromáticas frescas,
- algas,
- frutas locales de temporada y licuados frescos,
- endulzantes naturales como la miel o la melaza de arroz,
- e infusiones como el té verde o el diente de león.
Y por último, podríamos añadir algunas sugerencias de modo de vida, que sin duda contribuyen al mantenimiento del peso ideal:
- Movimiento físico a diario: andar, bailar, bicicleta, yoga…
- Vida clara, simple, limpia, sin excesos.
- Vivir al día, en el PRESENTE
- Limpiar la casa profundamente, reciclar objetos, ropa, etc.
- Integrar elementos de la naturaleza a diario: sol, agua, aire, tierra.
- Tener plantas en casa.
- Depurar el cuerpo emocional expresándose: cantando, corriendo, etc.
Sólo con conciencia, conocimiento de uno mismo y un buen acompañamiento, lograremos nuestros objetivos dietéticos, disfrutando del placer de comer bien, sin tener que someter al organismo a largos y extenuantes ayunos.
María Kindelán
Directora Asociada Bienestar Físico y Emocional, Benefit Brokers
Nutritional Coach
Physical and mental well-being consultant for companies
Well AP by IWBI
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