Piel y salud mental

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Piel y salud mental

trabajo y salud mental

Llegabas a la oficina, tomabas un café con los compañeros, te reunías en salas, organizabas comidas grupales, recibías proveedores o visitabas clientes. Se organizaban “Team buildings”, convenciones y “networkings” analógicos. Estábamos en un mundo de prisas, comodidades y avances tecnológicos, pero con cierta presencia de humanidad, algo que entonces ni nos imaginábamos se fuese a enfriar hasta el punto de remaquetar nuestro esquema de comportamiento social.

No hay vuelta atrás, el modelo de las relaciones sociales, especialmente en los espacios de trabajo ha cambiado, y en muchos casos, está costando integrarlo desde lo personal hasta las propias organizaciones, ocasionando, desde el silencio, numerosos problemas a la salud física y mental.

Algunos estudios recientes revelan información a tener en cuenta, como que las personas que se han acostumbrado a comer solas en estos tiempos pueden ser más propensas a elegir alimentos poco saludables, comer menos frutas y verduras y comer en horarios irregulares. Comer solo más de dos veces al día está asociado con un mayor riesgo de síndrome metabólico*, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tanto en hombres como en mujeres**

Ya antes de la pandemia, más de mil millones de personas en el mundo sufrían de una condición de salud mental, como depresión, ansiedad o abuso y adicción a sustancias. Hoy en día se multiplican las cifras a una velocidad vertiginosa, llegando en España a la situación de que hoy, 1 de cada 4 personas se ve afectada por un problema de ansiedad o depresión en algún momento de su vida. Con el consiguiente coste que ello supone a las organizaciones por absentismo, bajas, desmotivación y bajo rendimiento. Lo llamativo es que, a pesar de su enorme impacto global, el gasto mundial en salud mental es de menos de 2 dólares por persona. Aunque existen tratamientos para estas condiciones, a menudo no están disponibles o son muy infrautilizados. En los países occidentales, entre el 35% y el 50% de las personas que viven con problemas de salud mental no reciben atención ni tratamiento.

Cada vez se reconoce más que existe una relación compleja entre la mente y el cuerpo y que esta interacción puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar. Los estados de estrés crónico se asocian con un mayor riesgo de numerosas consecuencias adversas para la salud, como depresión, enfermedades cardiovasculares, diabetes e infección de las vías respiratorias superiores. Debido a las numerosas formas en que la salud mental afecta a la salud física, las personas con afecciones de salud mental experimentan una tasa de mortalidad 2,2 veces mayor que la población general y una media de 10 años de vida potencial perdidos.

El entorno construido sirve como una herramienta poderosa para ayudar a mitigar estos resultados adversos de salud mental a través de políticas, programas y diseño. Dada la alta prevalencia de afecciones de salud mental entre la población activa, el lugar de trabajo se considera cada vez más como un objetivo importante para la promoción, prevención e intervenciones de salud mental. Hay muchas estrategias que las organizaciones pueden tomar para promover la salud mental, que incluyen: alfabetización en salud y esfuerzos para reducir el estigma; provisión de condiciones de vida y trabajo saludables para todos, incluyendo mejoras organizacionales para promover ambientes de trabajo positivos y provisión de programas de manejo del estrés; programas de educación nutricional, talleres presenciales y diferidos de cocina saludable y “mindful eating”; programas de entrenamiento físico personal y colectivo, jornadas inspiracionales, que fomenten el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades personales; encuentros en los que compartir conocimiento y volver a estrechar manos y por qué no, algunos abrazos.

Por último, algunas estrategias de diseño, como aumentar el contacto con la naturaleza dentro de los espacios construidos, la luz natural, aire filtrado, acceso a lugares de recarga y desconexión, se ha relacionado con numerosos beneficios que promueven la salud, una mayor capacidad de atención, una mejor recuperación del estrés y las enfermedades laborales, una mayor tolerancia al dolor y un mayor bienestar psicológico.

No volveremos al modelo anterior de las organizaciones, pero sí podemos progresar hacia un nuevo entorno en el que la digitalización resuelve situaciones concretas e inimaginables hace sólo unas décadas, pero en el que recuperamos “los básicos” que necesitamos para sentirnos bien, empezando por la forma más primitiva de relacionarnos los seres humanos, a través del contacto real. 

Por todo ello, en Benefit Brokers asegurar la salud de nuestros clientes significa mucho más que cubrir los riesgos o los servicios de atención médica adecuados para cada organización. Estamos realmente concienciados con el entorno y su incidencia directa en la salud de las personas, por eso facilitamos en nuestras relaciones un asesoramiento directo de servicios añadidos en el mundo de la salud que promuevan una mejora de la calidad de vida de los trabajadores. Y en la medida de lo posible, nos gusta trabajar en presencial, favorece la salud de todos 😉

María Kindelán

* El síndrome metabólico es un conjunto de factores, que incluyen obesidad abdominal, presión arterial elevada, triglicéridos (TG) altos y niveles bajos de colesterol HDL y resistencia a la insulina.

** Costa G. Trabajo por turnos y salud: problemas actuales y acciones preventivas. Seguridad y salud en el trabajo. 2010;1(2):112-

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