Primavera, ¿una estación o un estado de salud?

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Primavera, ¿una estación o un estado de salud?

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“Se encuentra en la primavera de la vida”, así nos referimos a esa etapa en la que una persona se encuentra en su mayor grado de desarrollo, belleza o energía.

Está claro que es una estación que anhelamos en otras fases del año, porque la asociamos a emociones positivas como consecuencia del aumento de luz y temperatura. Nuestro cuerpo reacciona mediante ajustes del metabolismo con cierta hiperactividad, algo que influye positivamente en el estado de ánimo. Gracias a la secreción de feromonas, oxitocina, dopamina o noradrenalina nos sentimos, en general, más felices y desinhibidos.

Aunque también podemos tener el efecto totalmente opuesto, cansancio, dolores de cabeza, alteración del sueño y falta de energía.

Y que ocurra una cosa u otra, va a depender en gran medida de la salud de nuestro hígado, algo que suele pasarse por alto. Un hígado limpio se nota en la energía que uno tiene, el buen talante, la claridad de mente y la capacidad de organización… hasta en el olor corporal.

Según la Medicina Tradicional China, el hígado, la madera, el color verde y el viento, se alinean en primavera para traer consigo el nuevo resurgir de uno mismo en este momento del año. Pero si nos coge con un hígado sobrecargado de alimentos y emociones reprimidas, nos faltará energía, chispa, claridad, paciencia y entusiasmo.

La primavera empuja a que todo lo nuevo surja, por eso, potenciando el hígado, se propicia el renacer de ideas, proyectos y propósitos. El hígado a su vez administra la energía de la vista, la mayor en gasto energético después del cerebro, responsable de la inspiración, creatividad y deseo por la vida.

De hecho, una de las grandes amenazas para estos órganos diana es el uso excesivo de la tecnología. El abuso de horas ante la pantalla, sea de ordenador, móvil o televisión, es una de las causas de problemas de salud más comunes en nuestra sociedad, y sin embargo, se ignora totalmente. Un buen consejo es bajar el brillo de la pantalla para disminuir la luminiscencia e intentar no mirar más que lo imprescindible a la pantalla, y fijar la vista fuera de ella cuando no sea realmente necesario. Además de hidratarse bien y tomar alimentos jugosos y untuosos.

Entender cómo nos afectan estos cambios estacionales y cómo potenciar nuestra salud y bienestar haciendo uso de alimentos naturales, se vuelve de vital importancia para minimizar los síntomas de la temida astenia primaveral.

Es el momento propicio para ayudar al organismo a eliminar las toxinas acumuladas durante el invierno y reforzarlo al máximo para afrontar los cambios de conlleva la nueva estación: decaimiento, alergias, cansancio, caída del pelo…

Como filtro de nuestra sangre, el hígado debe ser detoxificado y tonificado en esta época del año a través de una alimentación rica en vegetales de hoja verde. Para ello, las alcachofas y las endivias son buenas aliadas. También el apio, la espinaca, los guisantes, el brócoli, la lombarda, el nabo, los rabanitos, pepinos, etc., preferiblemente en cocciones ligeras y platos calientes, ya habrá tiempo de ensaladas más adelante…

Pero claro, esto sólo funciona si por otro lado reducimos la ingesta de azúcar, sal, alcohol, cafeína, picantes, grasas saturadas, embutidos, procesados, harinas y azúcares refinados.

Es probable que, si además hemos tirado mucho de latas y congelados este invierno, o hemos estamos expuestos a desinfectantes químicos, polvo y ácaros, nuestras defensas ya no den a basto creando anticuerpos y se manifiesten ahora síntomas alérgicos de distinto tipo.

Los problemas de alergias suelen tener su origen en una alimentación inadecuada, el excesivo uso de medicamentos, estrés, hongos y bacterias o inflamación intestinal, lo que provoca una desproporción entre la histamina ingerida y la capacidad de metabolizarla en el hígado.

Encontramos un nivel alto de histaminas en las conservas en general, pescados azules enlatados, todo tipo de lácteos, embutidos, alcohol, café, clara de huevo, derivados de la soja, mariscos, chocolate, frutos secos, tomate, acelgas, pimientos, trigo, aceitunas, kiwis, fresas, piña y azúcares.

Ayuda mucho a paliar los síntomas, llevar una dieta natural, enriquecida en minerales y vitaminas A, C, E, y quercetina, así como recurrir a infusiones de plantas como el sauco, llantén, grosellero y eufrasia. Siempre bajo el asesoramiento de un profesional de la salud.

En definitiva, apostemos estos días por el verde, hidratémonos bien, incluyamos alimentos frescos en los menús, remineralizantes y antioxidantes, y sobre todo, aprovechemos la luz para liberarnos de represiones y emociones tóxicas respirando profundo y emprendiendo ideas y proyectos nuevos con la
mejor energía.

Estamos convencidos de que este “estado primaveral” bien atendido, rejuvenece el alma y nos asegura el éxito de muchos proyectos, con ánimo y buena salud.

María Kindelán

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