TIPS PARA MANTENER LA SALUD EN VACACIONES

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TIPS PARA MANTENER LA SALUD EN VACACIONES

salud en vacaciones

Lo normal en vacaciones es romper con la rutina, y eso implica cambiar horarios, ritmos, temperaturas, incluso hacerse concesiones alimentarias y físicas. De una forma consciente y controlada este cambio de aires puede tener grandes beneficios a nivel mental, nos desconecta de las obligaciones más estresantes y renueva sensaciones de bienestar.

Pero si se abusa de estas concesiones, nuestro cuerpo puede resentirse, y es entonces cuando las vacaciones se pueden aguar… deshidratación, toxo-infecciones por alimentos en mal estado, diarrea, o insolación. Desajustes molestos que se pueden evitar tomando algunas medidas preventivas como lavarse las manos con frecuencia y antes de comer, limpiar bien frutas y verduras, refrigerar correctamente los alimentos y comprar en establecimientos de confianza.

Además, el calor produce cambios importantes en nuestro metabolismo, y es importante entender esto para saber adaptarse adecuadamente y evitar cambios drásticos de peso o volumen, así como sensación de cansancio y desánimo a la vuelta de vacaciones. 

En verano, el cuerpo busca la manera de mantener la temperatura corporal lo más estable posible, por eso tenemos la necesidad de beber más. No necesitamos tantas calorías como en invierno para mantener la temperatura corporal del organismo, y en general sentimos menos apetito. Suele haber una mayor tendencia a tomar más fruta fresca y ensaladas, pero no a todo el mundo le sientan bien. La sensación de hinchazón es bastante común. Quizá haya que revisar algunas recetas, o hacernos un pequeño plan de comidas durante las vacaciones…

Tomemos nota de algunas ideas interesantes que pueden ayudar a evitar los típicos desajustes.

El verano es una época excelente para limpiar el organismo de las toxinas acumuladas en invierno, ya que estamos en una fase energética de apertura y expansión. 

  • Son numerosos los alimentos de esta temporada que ayudan a depurar: calabacines, apio, pepino, endivias, puerros, judías verdes, zanahorias, guisantes, frutas de hueso, semillas, pescados, … Sin embargo, aún estando en su mejor momento, no deberíamos excedernos en el consumo de pimientos, berenjenas, tomates y patatas, por la acidez que generan en la sangre … algo que en otoño le puede pasar factura al sistema inmune. 
  • Ante la mayor apetencia por cosas frescas, es habitual elegir la ensalada del menú, pero para sumergirla después en un baño de aceite, vinagre y sal… o mayonesas y salsas comerciales cargadas de grasas, azúcares y aditivos. 
  • Conviene señalar la importancia de un consumo moderando de sal y grasas saturadas, dando prioridad al aceite de oliva virgen extra, e incorporando cítricos y/o hierbas aromáticas (eneldo, albahaca, orégano, cebollino, perejil, menta, hierbabuena…). De esta manera, mantenemos la tensión y los riñones en forma, y nuestra energía mucho más sostenible todo el día. Además, recuerda que los buenos aliños de siempre llevan una base de agua, que se emulsiona con el aceite de oliva y las especias después. 
  • Es recomendable combinar durante el día las ensaladas o alimentos crudos con platos cocinados para reducir la hinchazón abdominal. Del mismo modo, evitar mezclas de alimentos que producen una fermentación incómoda en el aparato digestivo, como es el caso de las frutas con legumbres, dos legumbres distintas en una misma comida, mezclas de proteínas, …
  • Es un buen momento para realizar ejercicios al aire libre, sobretodo aquellos que trabajen la zona abdominal.
  • Hidratarse en verano es importante, pero no vale cualquier cosa, ojo: cervezas, tintos de verano, granizados, horchatas, refrescos, alcohol, hielo… aportan un tipo de energía fría que apaga el fuego digestivo y estanca el metabolismo, produciendo retención de líquidos, y mayor apetencia por cosas saladas. Como consecuencia, perdemos minerales y nos sentimos más cansados. Lo ideal, optar por agua mineral de calidad, licuados naturales, limonadas, gelatinas de frutas, infusiones templadas de menta, hierbabuena, hibisco y té verde.
  • Los cambios de lugares, traslados, comidas y ritmos nos llevan a pensar que en vacaciones es normal comer desordenado y “lo que haya”. No tiene que ser así, si somos previsores y organizamos un pequeño plan de comidas para viajes. 
  • Como medidas de precaución para evitar alteraciones de la flora intestinal: evitar durante los traslados los lácteos, las carnes procesadas, productos de lata, salsas tipo mayonesa, bollería industrial y huevos. Pescado sólo congelado, ensaladas sólo en sitios de confianza, bien lavadas y frescas, recién hechas. 
  • Llevar siempre con el equipaje: agua mineral, algún suero oral, manzanas verdes, chips de vegetales, bolsitas de müesli sin azúcar, semillas de hinojo para la digestión, barritas de semillas, almendras crudas, orejones, panes de calidad (de semillas o tipo pan de centeno, o tostadas de arroz).
  • Preparar un botiquín natural de viaje con aceites esenciales (no deben usarse al sol), por ejemplo, gotas de lavanda para evitar picaduras y relajarse antes de dormir, árbol del té para protegerse de parásitos o curar calenturas, limón para espabilarse al conducir, eucalipto para descongestionar el ambiente…; y sin olvidarse de sales remineralizantes y algún probiótico por si acaso.
  • Elegir platos lo más simples posibles y recurrir a los productos de temporada y zona. O llevarse platos combinados sencillos hechos en casa, con alimentos naturales y frescos, aliñados con aceite de oliva virgen, hierbas frescas y cítricos, y conservados en botes de vidrio herméticos y fríos, como los de la imagen ☺

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¡Felices vacaciones saludables!

María Kindelán

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